Pero todavía sorprende más el caso de Edgard Allan Poe, en cuya
novela Las aventuras de Arthur Gordon Pym,
publicada por primera vez en 1838, profetizó un hecho absolutamente imposible
de adivinar. La parte de la obra que aquí interesa versa sobre el naufragio del
bergantín Grampus cerca de las islas Maldivas.
Cuatro sobrevivientes quedan a la deriva en un bote y uno de
ellos, temeroso de no alcanzar la costa con vida, propone a sus compañeros que
se sorteen quién deberá dejarse matar para que su cuerpo sirva de alimento a
los demás. La propuesta proviene de un personaje llamado Richard Parker y
precisamente será él mismo quien pierda la apuesta, convirtiéndose en objeto de
canibalismo de sus compañeros.
Pues bien, casi medio siglo después de la publicación de aquella
novela, en concreto el año 1884, la prensa francesa se hizo eco del naufragio
de la goleta británica Mignonette cerca de las islas Sandwich. Cuatro personas
sobrevivieron gracias a una barcaza que los mantuvo a la deriva durante varias
semanas. Los ocupantes alcanzaron tal punto de desesperación que en cierto
momento decidieron comerse a un grumete de 17 años que, no teniendo familia a
la que mantener, parecía el más indicado para sacrificarse en pro de los demás.
Extrañamente, el marinero víctima de dicho canibalismo se llamaba Richard
Parker.
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