El físico Wilhelm Conrad Röntgen,
realizó experimentos con los tubos de Hittorff-Crookes y la bobina de
Ruhmkorff. Analizaba los rayos catódicos para evitar
la fluorescencia violeta que producían los rayos catódicos en las
paredes de un vidrio del tubo. Para ello, crea un ambiente de
oscuridad, y cubre el tubo con una funda de cartón negro. Al conectar su equipo
por última vez, llegada la noche, se sorprendió al ver un débil resplandor
amarillo-verdoso a lo lejos: sobre un banco próximo había un pequeño cartón con
una solución de cristales de platino-cianuro de bario, en el que observó un oscurecimiento
al apagar el tubo.
Al encender de nuevo el tubo, el
resplandor se producía nuevamente. Retiró más lejos la solución de cristales y
comprobó que la fluorescencia se seguía produciendo, así repitió el experimento
y determinó que los rayos creaban una radiación muy penetrante, pero
invisible. Observó que los rayos atravesaban grandes capas de papel e incluso
metales menos densos que el plomo.
En las siete semanas siguientes,
estudió con gran rigor las características propiedades de estos nuevos y
desconocidos rayos. Pensó en fotografíar este fenómeno y entonces fue
cuando hizo un nuevo descubrimiento: las placas fotográficas que tenía en su
caja estaban veladas. Intuyó la acción de estos rayos sobre la emulsión
fotográfica y se dedicó a comprobarlo. Colocó una caja de madera con unas pesas
sobre una placa fotográfica y el resultado fue sorprendente. El rayo atravesaba
la madera e impresionaba la imagen de las pesas en la fotografía.
Hizo varios experimentos con objetos
como una brújula y el cañón de una escopeta. Para comprobar la distancia y el
alcance de los rayos, pasó al cuarto de al lado, cerró la puerta y colocó una
placa fotográfica. Obtuvo la imagen de la moldura, el gozne de la puerta e
incluso los trazos de la pintura que la cubría.
Un año después ninguna de sus
investigaciones ha sido considerada como casual. El 22 de diciembre, un día
memorable, se decide a realizar la primera prueba con humanos. Puesto que no
podía manejar al mismo tiempo su carrete, la placa fotográfica de cristal y
exponer su propia mano a los rayos, le pidió a su esposa que colocase
la mano sobre la placa durante quince minutos. Al revelar la
placa de cristal, apareció una imagen histórica en la ciencia. Los huesos de la
mano de Berta, con el anillo flotando sobre estos: la primera imagen
radiográfica del cuerpo humano. Así nace una rama de la Medicina:
la Radiología.
guenaso faso en Mayo
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