Una serendipia es un descubrimiento afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando
otra cosa distinta. También puede referirse a la habilidad de un sujeto para
reconocer que ha hecho un descubrimiento importante aunque no tenga relación
con lo que busca. En términos más generales se puede denominar así también a la
casualidad, coincidencia o accidente. Si bien es cierto que es un el
descubrimiento es casual, ha de reconocerse el mérito del científico que hace
tal descubrimiento, ya que éste ha de estar preparado y debe tener un profundo
conocimiento en el campo del hallazgo. Además, ha de tener la capacidad de “ver
lo que otros no han visto y pensar lo que nadie ha pensado”. Louis Pasteur
decía: “En los campos de la observación, la casualidad favorece solo a las
mentes preparadas”, reconociendo así el mérito de los científicos que han
tenido una serendipia. ("Dans le champ de
l'observation, le hasard ne favorise que les esprits préparés")
En la historia de la ciencia son frecuentes las serendipias. Por ejemplo, Albert Einstein reconoce esta cualidad en algunos de sus hallazgos. También
existen casos de serendipias en obras literarias, cuando un autor escribe sobre
algo que ha imaginado y que no se conoce en su época, y se demuestra
posteriormente que eso existe tal como lo definió el escritor, con los mismos
detalles. No se debe confundir con la anticipación o la ciencia-ficción, donde
se adelantan inventos mucho más genéricos que casi todo el mundo cree que
probablemente existirán algún día.
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